(Ramón Palmeral, 21 de marzo de 2019)
«Rilke en las Elegías
de Guadalest de Vicente Ramos»
Por Ramón
Fernández Palmeral
Preámbulo
Mi especial agradecimiento al público por asiste,
a Consuelo Jiménez de Cisneros que me invitó a participar en estas jornadas
para recordar al más importante intelectual alicantino del siglo XX, D. Vicente
Ramos en el I Centenario de su nacimiento, y a Otilia Macía, directora del
Centro de Estudios e Investigación Vicente Ramos de la Biblioteca Municipal de
Guardamar del Segura, y a la familia de Vicente Ramos por estar presente en
todos las ponencias.
He de
comenzar diciendo que conocí personalmente a don Vicente sobre el año 2005,
cuando yo dirigía la revista Perito
(Literario Artístico) (de 2005 a 2008) a través del inolvidable Gaspar
Peral Baeza, quien me dio su teléfono, recuerdo que le pedí una colaboración que publiqué en el número 11, marzo 2007, dedicado a Azorín,
titulado “Sobre una desconocida comedia de Azorín y texto de su prólogo” (págs.
1-4). Más tarde, como él quiso hacerse suscriptor, le hice socio de honor de la
revista, y empecé a enviárselas a su casa de Sol Naciente en la Albufereta,
gratis, y con el que mantuve largas conversaciones telefónicas sobre Miguel
Hernández y Ramón Sijé. Nos saludamos varias veces, una en al Aula de la CAM
donde me presentó a Olympia Miró, la nieta de Gabriel Miró el 3 de febrero de
2010. Y en otra ocasión en la inauguración de la Asociación de Artistas Alicantinos
en avda. Maisonnave con un monográfico sobre Fernando Soria en mayo de 2006.
En
estos mis años de “beatus jubilo” me he dedicado al estudio de los escritores y
poetas alicantinos, empecé con Miguel Hernández y Ramón Sijé, que me llevaron a
Gabriel Miró, y éste a Azorín, y por añadidura a Carlos Fenoll y Manuel Molina, cuyo
centenario fue en 2017. En 2018 y previendo el
centenario de Vicente Ramos busqué en librerías de viejo un ejemplar de
las Elegías de Guadalest y por
fortuna las encontré y compré uno, y cuando empecé a leerlo me encontré con una
pared de surrealismo, igual que las Elegías
de Duino. Entendí el 75 %. Así que tenía ante mi a dos rikeanos: Vicente
Ramos y al propio Rilke. No me enteraba de nada, y me dije a mí mismo «en qué lío me he metido» ¿y ahora cómo
salgo de ésta? La receta de salida consiste en tranquilizarse y estudiar que
todo se aprende y se soluciona, que las cosas no se pueden abandonar a la
primera.
Observé
que en estos poemas sobre la vida y la muerte, estaba la influencia del estilo
espiritual de Rilke, ahora me tocaba demostrar mis hipótesis siempre
arriesgada, pare ello llamé por teléfono a Otilia Maciá, directora del Centro
de Estudios e Investigación Vicente Ramos de la Biblioteca Municipal de
Guardamar del Segura, para que me buscara los libros que pudiera haber en la
archivo de Ramos. Tenía la corazonada de que yo iba por buen camino.
Otilia me
envió los títulos de Rilke y sobre Rilke, y no había ni uno ni dos libros sino
diecisiete títulos, entre ellos destaqué por su interés el titulado Rilke, de Angelloz J.F. Ediciones Sur,
Buenos Aires de 1955, traducida al español. Además
hablamos sobre el libro preferido de Ramos, que es Destino de tu ausencia, 1957, y me envió el libro en pdf. Poemario
que está dedicado a la memoria de su madre (Rosario Pérez Aldeguer fallecida en
1922, cuando Vicente tenía dos años). Cuando leí el primer verso del poema «I»
de Destino de tu ausencia (sin
títulos), observé la coincidencia estética con el primer verso de las «Elegías
de Duino», sobre la invocación de un ángel celestial, que Rilke lo repite 14
veces y Ramos 5 veces en las Elegías de
Guadalest.
La
coincidencia del parecido de los títulos
de ambas Elegías no era casual, Rilke las comenzó a escribir en el
castillo de Duino (Trieste, Italia) situado sobre un acantilado, bajo un estado
depresivo, en enero 1912, y Ramos la
escribió en el retiro espiritual de su refugio llamado «Alone» en Benimantell,
próximo al castillo de Guadalest, conmocionado por un «desasosiego interior»,
como escribe Beresaluze. En ambas
Elegías tenemos una matriz determinante: un castillo, el de Duino y el de
Guadalest
Otilia me
dijo que Vicente Ramos, sobre los años 1955 ó 56, había sufrido una especie de
catarsis emocional cuando estuve presente en el traslado de los huesos
cadavéricos de su madre y de su hermana Rosario, también fallecida cuando ésta tenía siete años de edad.
Así que
con estos datos empecé a trabajar en un libro homenaje que he titulado Hermenéutica de la “Elegías de Guadalest” de
Vicente Ramos, y Rilke, edición no venal, ilustrado, limitada para los
ponentes de este Seminario, con autorización de sus herederos. Mis relativas
dudas de las influencias de Rilke en Ramos me las despejó Consuelo Jiménez de
Cisneros, cuando me dijo que ella tenía un poemario titulado Con las manos alzadas, prologado por
Vicente Ramos, 1977, que comienza: «El
principio rilkeano [relativo a Rilke] de
que poesía es experiencia se basa tanto en el hecho determinante…». Además en un intercambio de correos
electrónicos con Vicente José, hijo de Ramos, me confirmó que efectivamente su
padre leía y comentaba a Rilke.
Claves
de las Elegía de Guadalest
Para ahondar en
la búsqueda personal de Ramos, me he leído las dos biografías existente sobre
Vicente: Semblanza de Vicente Ramos
de Martín Sanz, de 2003 y Vicente Ramos: Alicante de Luis Beresaluze de 2004, donde encontré la confirmación
de lo que me había contado Otilia sobre la exhumación de los restos mortales de
su madre y hermana desde el cementerio viejo al nuevo, y tras sufrir un
tremendo impacto emocional se refugia en su casa de campo llamada «Alone» (1)
en el término municipal de Benimantell
donde escribe casi de seguido dos
poemarios: Destino de tu ausencia, y
las Elegías de Guadalest, donde
adivinamos sentimientos y emociones sobre su madre y hermana, sobre la muerte,
lo eterno, Dios y los ángeles de honda
cosmovisión poética.
Vicente se retiró monacalmente a su casa de
verano, algunas veces decía: «Me voy a Aitana»,
un lugar mágico donde los versos brotan como «un frío de luz» como
escribiera Gabriel Miró en Años y leguas
«La llegada». Porque cuando uno tiene dentro un sentimiento que explosiona:
«Constantemente el poeta testifica su goce vital como su dolor y sufrimiento»,
como escribiera Juan Antonio Suárez (2001:40).
Las
Elegías son 18 con 512 versos, en estilo libre, surrealista con estrofas de
unos, dos, tres, cuatro ya hasta cinco versos, el tema principal es la
reflexión de la vida y la muerte, como el recuerdo de su madre y su hermana
ambas fallecidas.
Se adentra
Ramos en temas filosóficos, teológico y metafísicos, por ello en este
tipo de poemas, lo que queda tras su lectura es la esencia y el espíritu de los
leído, que de haber sido Ramos un poeta alemán o centroeuropeo estaría al nivel
de Rilke o de los más grandes como Stefan George, Valéry, Cavafi, Elúard, Yeats…
Vicente Ramos en Benimantell y Gabriel Miró
Los lugares esenciales de la Elegías de Guadalest, son su casa «Alone» con vista al viejo castillo de
Guadalest, y la tranquilidad espiritual. Aquí, en la Font del Molí pasó Gabriel Miró unos meses con su hija enferma Clemencia, cuando estaba
con todo la familia en la casa del alquiler «Les Font» de Polop de la Marina, donde pasaría los veranos
de 1921 a 1927 (1928 en Benisaudet). Porque hablar de Vicente Ramos es hablar
también de Gabriel Miró, y por tales
razones veraneaba en Aitana para reencontrarse espiritualmente con autor de Años y leguas, donde se cuentan las
aventuras de Sigüenza, el personaje alter
ego de Miró.
En
los años cuarenta Eduardo Irles, archivero de la biblioteca municipal de
Alicante, le regaló a Ramos, La novela de
mi amigo, 1908, de Miró, y de inmediato él reconoció la valía de este
escritor alicantino olvidado, y por tal
motivo había que engrandecer su obra y figura. De hecho, el nombre del autor de
El obispo leproso presta su nombre a
la Biblioteca inaugurada el 27 de abril de 1952 por Caja de Ahorros del Sureste
de España, en el interés de su presidente don Antonio Ramos Carratalá. A
fecha de la presente conferencia está cerrada por un ERE del Banco de Sabadell,
que actual es el propietario de la antigua CAM.
Una vez fueron Ramos y Manuel Molina a
casa de Francisco Figueras Pacheco (historiador ciego), en el barrio de
Benalúa, para pedirle una colaboración para la revista Sigüenza, y Figueras le dijo: «Siéntese usted ahora mismo en ese
sillón» (2003:55), y cuando Ramos se sentó le dijo Figueras: «Aquí se sentaba
siempre Gabriel Miró», y Ramos sufrió tal impacto y emoción que desde entonces
se sintió ligado a él y fortalecido para escribir su biografía. Porque Figueras
y Miró habían sido vecinos, amigos y alumnos de Bachillerato en el mismo
Instituto. Además por aquel entonces, Ramos pudo conocer en 1952 a Olympia, la
hija de Miró. (La segunda hija era Clemencia fallecería en 1953), y a los
amigos Luis Guardiola Ortiz, primer biógrafo con Gabriel Miró. Biografía íntima, autopublicación de 1935, y a Enrique
Puigcerver, ambos recibían correspondencia de Miró. Y además conoció en 1956 a
su vecino de Benimantell el compositor Óscar Esplá (1886-1976), amigo personal
de Miró en Aitana y del pintor Emilio Varela (1887-1951). Además Óscar Esplá es
autor de una conferencia titulada Evocación
de Gabriel Miró, pronunciada, según
la portada en el Instituto Musical “Óscar Esplá” de Alicante el 27 de
mayo 1961, XXXI aniversario de la
muerte de Gabriel Miró, publicada en la Caja de Ahorros de Sureste, y que está
dedicada: A Vicente Ramos, con un abrazo.
En Benimantell también tenía Ramos como vecino
al catedrático de economía Germán Bernácer (1883-1965), yerno de don José
Guardiola Ortiz, veraneaba en la masía
‘Clot del Pí’, en Guadalest (cerca de donde hoy está el restaurante El
Trestellador).
No olvidemos que la tesis doctoral en
Filosofía y Letras de Vicente Ramos en la Universidad de Valencia, se titulaba El mundo de Gabriel Miró, cuyo tribunal
estaba integrado por Ángel Valbuena, Julián San Valero y Mariano Baquero
Goyanes, leída en 1963, y que publica en enero de 1964, gracias a la editorial
Gredos. ¿Y por qué os cuento esto?, porque sin la documentación sobre Gabriel
Miró, Ramos no se hubiera doctorado, ni hubiera comprado la casa veraniega.
Durante sus periodos de recogimiento interior
en su casa «Alone», Ramos escribió, que sepamos, sus dos obras poéticas
fundamentales: Destino de tu ausencia,
dedicado A la memoria de mi madre, ganador
en 1956 del Premio “Valencia” de Literatura-Poesía, publicado al años siguiente
por el Instituto Alfonso el Magnánimo, Diputación de Valencia 1957, y según el
colofón fue el 18 (sic) de marzo día de San José, compuesta por XIX poemas, con
108 páginas, se editaron 800 ejemplares, no venales, firmados por el autor. He
podido consultar un pdf enviado por el Centro de Investigaciones Vicente Ramos.
El segundo libro de Benimantell es Elegías
de Guadalest, con la portada del castillo de Guadalest de un cuadro de
Emilio Varela. Con este poemario fue ganador del Premio “Alicante” de Poesía de
1957, percibiéndose en la voz poética reflexiones filosóficas sobre la vida y la
muerte, inspiradas en el vago recuerdo de la muerte de su madre y de su hermana,
las dos llamadas Rosario, por ellos, Ramos era devoto de la Virgen del Rosario.
Principales
obras poéticas
Recuerdo que en el oceánico archivo de Gaspar Peral Baeza tenía
un armario en su casa de la Torre de las Águilas con las obras completas de
Ramos. A mí me causó extrañeza que Ramos además de historiador, político y
bibliotecario fuera también poeta. Que recuerde estaban:
-Pórtico Aural .Alicante (dedicado a Manolita su
mujer), 1943
-Voz derramada, Alicante, 1946
-Cántico de la Creación y del Amor Alicante, 1950
-Elegía a Cristo, Alicante
1951
-Honda llamada, Alicante, 1952
-Destino de tu ausencia, (Dedicado a la memoria de su
madre), premio de poesía Valencia 1956. Publicada por la Diputación de
Valencia, 1957
-Elegías de Guadalest" Premio
Alicante de Poesía 1957, Alicante 1958
-Fábulas de la mañana y el mar, IEA.
1960
Rilke en Ramos.
Investigación
Para esta ponencia es necesario situar
al gran poeta checo-alemán Rainer Maria Rilke (1875-1926) en su contexto
histórico, considerado uno de los poetas más importantes en alemán y de la
literatura universal. Sus obras fundamentales son las Elegías de Duino y los
Sonetos a Orfeo, ambas publicadas en 1923.
Al
leer en una biografía de Ramos el título Elegías de Guadalest me recordó a una de mis lecturas de juventud Obras de Rainer María Rilke la
traducción de José Maria Valverde en la editorial Plaza & Janes 1967, donde se hallan las Elegías
de Duino, comenzadas en el castillo de Duino (Triste-Italia), propiedad de
la princesa alemana Maria von Thurn und Taxis-Hohenlohe. Rilke era entonces un poeta de culto, un profeta de la poesía. Se
hallada bajo un estado depresivo (tardó diez años en escribir diez elegías
compuestas por 853 versos). Además había estado en España desde finales de 1912
a mediados de febrero de 1913 en Toledo,
Córdoba, Sevilla y Ronda. He de reconocer que
no entendí, ni entonces ni ahora, las elegías de Rilke, porque están
escritas en clave superrealistas o surrealismos o super realismo. Aquí se quedó
el tema, en punto muerto como se suele decir, cuando apartas de tus lecturas un
poemario que no entiendes.
Ahora en el I Centenario del nacimiento de
Vicente Ramos he releído de nuevo las Elegías
de Duino que se asemejan en estilo de las Elegías de Guadalest con su estilo de filosofía existencialista
entre lo humano y lo divino. Dice
Rilke que los ángeles viven entre los vivo y entre los muertos. Intuía esta
relación y para demostrarlo me interesé si existían libros de Rilke, como ya he
comentado, en Centro de Estudios e Investigación de Vicente Ramos en la Biblioteca de Guardamar
del Segura, y su director Otilio Maciá me pasó un folio con diecisiete títulos
de obras de Rilke y crítica sobre el poeta checo-alemán, de varias fechas, pero
destaco por su interés el titulado Rilke,
de Angelloz J.F., traducida al español en 1955, de 254p., con la signatura 2776-5-24-10. En el capítulo V se publican las Elegías de Duino y Los sonetos a Orfeo (pp. 222-242). Se trata de un
académico galo-alemán José Francisco Angelloz
(1893-1978) que es conocido por haber realizado la primera traducción del
alemán de las Elegías de Duino al
francés en 1936. Lo que evidencia que Ramos leyó y conocía las famosas y
complejas Elegías…, de Rilke
traducidas del francés en 1955.
Las dos elegías hablan, fundamentalmente, del
hombre y su identidad como seres perecederos pero divinos. Rilke, que estaba
obsesionado con la muerte –murió con 51 años– encontró una revelación divina a través
de un ser angelical en el castillo de Duino el 21 de enero de 1912 (más
concretamente dando un paseo por la vereda del acantilado), y, Ramos fue a
buscar la revelación o la iluminación –tras el impacto de los restos cadavéricos
de su madre y hermana– a Benimatell, en el valle de Guadalest, donde existen
los restos de un antiguo y misterioso castillo árabe. La semejanza del lugar de
revelación: un castillo, ya era otra prueba latente.
Estas intuiciones lingüístico-poéticas me las
confirmó el hecho de que Ramos escribió un principio rilkeano en el
prólogo del poemario Con las manos
alzadas de Consuelo Jiménez de Cisneros, de
Caja de Ahorros Provincial de Alicante, 1977, p.11, que dice
literalmente:
El principio rilkeano de
que poesía es experiencia se basa tanto en el hecho determinante del contenido
como en la posibilidad liberadora de la forma que conlleva. Quiere decir que la
experiencia instala al poema en el tiempo concreto, a la vez que el verso se
descarga de artificialidad. Vía de lo natural.
Coincidencias
de Elegías de Duino y las Elegías de Guadalest.
Aunque
en un estudio breve como el presente no se puede analizar todas las palabras
coincidentes, veamos la palabra «El ángel» que en las Elegías de Duino
se repite 14 veces, y arcángel 1.
El ángel de las Elegías es esa
criatura celestial en que aparece ya plenamente cumplida la transformación de
lo visible. En una carta a Witold Hulewicz de 13-XI-1925 vez dijo Rilke: «El
“ángel” de las Elegías no tiene nada
que ver con el ángel del cielo cristiano (más bien con las figuras angelicales
del Islam)…» ¿Y me pregunto qué diferencia existe entre un ángel de la religión
mahometana y otro cristiano, si son religiones
monoteístas?
En las Elegías
de Guadalest, la palabra ángel se repite 5 veces, pero es un ángel de la
guarda, un ángel que cuida de su destino, y arcángel 1. Como criaturas de naturaleza divina destinados
a la protección de los seres humanos. En este sentido, en el cristianismo,
destaca el ángel de la guarda o ángel custodio, que sería aquel que Dios tiene
señalado a cada persona desde que nace para protegernos de los peligros de las
malas tentaciones del diablo. Hemos de situar ambas elegías en su contexto
espiritual y una situación transida –como angustia de dolor moral–, puesto que
la vida siempre con aguarda con alguna traición oculta.
Rilke
también se hace presente en el poemario Destino de tu ausencia, si hacemos una
cata entre siguientes versos apreciamos su similitud conceptual: «¿Acaso, si mi corazón canta, tú lo escuchas,
o si se perderá mi voz en los aires de tu vuelo, tal vez silencio?»,
(Ramos). «¿Quién, si yo gritara, me
escucharía entre los coros angelicales?», (Rilke).
La conclusión a la que llego, no es que Ramos
copiara a Rilke, sino que se dejó influir tanto en el titulo como en lo del
ángel como revelación, más el estilo surrealista, a veces son mínimas
metáforas, sinestesias u otros recursos lingüísticos, pues no olvidemos que
Ramos fue Licenciado en Filosofía y Letras en 1943, y doctor por Valencia en
1963 con la tesis El mundo de Gabriel
Miró publicada en Gredos, 1964, de cuyo autor había escrito anteriormente Vida y obra de Gabriel Miró, en 1955, y
después Gabriel Miró en el Centenario
de su nacimiento en 1979. Rilke no solo influyó en Ramos, sino que también otros
poetas españoles desde las traducciones de Torrente Ballester del Réquiem
y de Las Elegías del Duino (Madrid, 1946). Influencias que fueron
estudiadas por Carlos Barral. Las bibliografías dan razón de copioso traducciones
trasatlánticas de un señor Marcos Fingerít (El amante y otros relatos,
1941; Hermano y hermana. Novela praguesa, 1941; Los sueños u otros
relatos, 1941; El libro de horas, 1942), y unas sospechosas Poesías
escogidas, que incluyen una presentación del traductor franco-alemán
Angelloz, 1942).
A
modo de colofón
Como
ha quedado demostrado, los poemarios: Destino
de tu ausencia y Elegías de Guadalest
están inspirados en estilo en las Elegías
de Duino de Rilke y por extensión en El
libro de horas de 1942, en la búsqueda de Dios con gran carga de componentes
espirituales sobre la vida y la muerte, lo humano y lo divino, respecto a la
figura del «ángel».
A mi entender, una gran obra poética, sin
reconocimiento de los críticos, que requiere un reedición en una editorial
nacional de reconocido prestigio, y la difusión pertinente en los medios, para
situar a Ramos en el lugar que le corresponde.
Y por extensión se hace necesario
digitalizar su obra poética, periodística y epistolario para poder ser
consultada por los investigadores a través de Red.
Nota
1).- El nombre Alones o Alonis, se le da una ciudad romana de algunos lugares, sin
especificar, de la provincia de
Alicante, en especial Villajoyosa, El Campello, Santa Pola y Guardamar del
Segura (aunque parece que era Villajoyosa). Las fuentes de época romana
mencionan la ciudad: Pompolio Mena en su Chorografia
(libro III) habla de Illice Alone,
denominándola Claudio Ptolomeo (II, 6, 4) «Ἀλοναί» (Alonai) en
griego.
Bibliografía Consultada
–ANGELLOZ, J.F.,
Rilke, Editorial Sur, Bueno Aires,
1955
–BARRAL, CARLOS,
«La influencia de Rilke en nuestra poesía», El
País, Cultural, 29 de diciembre de 1976.
–BERESALUZE,
Luis, Vicente Ramos: Alicante, ECU
(Editorial Club Universitario), Alicante 2004.
–ESPLÁ, Óscar, Evocación de Gabriel Miró, Conferencia,
1961, XXXI aniversario de la muerte de Gabriel Miró. Publicaciones de la Caja
de Ahorros del Sureste de España. Alicante 1961.
–FERNÁNDEZ
PALMERAL, Ramón, Buscando a Gabriel Miró
en Años y leguas, publicación impresa en Lulu/Amazon, marzo de 2019.
–JIMÉNEZ DE
CISNEROS, Consuelo, Con las manos
alzadas, Caja de Ahorros Provincial de Alicante, 1977
–GABRIEL Miró, Años y leguas, Biblioteca Nueva de
Madrid, 1928.
–SANZ, Martín, Semblanza de Vicente Ramos, Fundación
Vicente Ramos de Guardamar del Segura, 2003.
-SUÁREZ, José
Antonio, Filosofía del anhelo, Instituto
de Estudios Alicantinos, 2001
-RILKE, Rainer
Maria, Obras de Rainer Maria Rilke,
traducción de José Maria Valverde, Plaza & Janés, Madrid 1967.
-RAMOS, Vicente,
Destino de tu ausencia, Instituto
Alfonso el Magnánimo. Diputación de Valencia, 1957.
–––––Elegías de Guadalest, Delegación
Provincial de Educación Nacional. Alicante, 1958