(Joaquín Santo Matas y Consuelo Jiménez de Cisneros, fotografoia de Palmeral, 20-03-2019)
Vicente
Ramos, historiador, cronista y político. Una vida de pasión por el estudio
JOAQUÍN SANTO MATAS
20 de marzo de 2019. 19,00 h. Sede
Universitaria
Creo que es de justicia comenzar hablando
de mis vínculos en vida y post mortem con Vicente Ramos.
Mi padre conocía a Vicente 'desde
siempre'. Amistades aparte, la primera constancia de intervenciones conjuntas
de ambos, data de 1952 cuando los dos participaron en el Casino en sendos
homenajes a San Juan de la Cruz y Gabriel Miró, el 21 de marzo y el 4 de junio
respectivamente.
Lo visitábamos en Aitana, como a él le
gustaba decir, en su chalet 'Alone', nombre de la antigua colonia griega
asentada donde hoy está su Guardamar natal.
Colaboramos juntos en la Asociación
Defensora de los Intereses Alicantinos donde me introdujo y propició me
hicieran secretario general. En común, trabajamos por la defensa del
alicantinismo y valencianismo en contraposición con el pancatalanismo y la
manipulación histórica respecto al mismo.
Voy a repasar un pequeño anecdotario
sobre mis vínculos con él.
1982.- Me prologó el libro que yo coordiné llamado ‘Tierras Alicantinas'.
Abril 2006.- Folio dedicado a la farmacia
de mi sobrina Mayo Lloret ubicada en la avenida de su nombre.
20 marzo 2009.- 'Vicente Ramos nonagenario'.
Artículo en Información pidiendo e le realizara un homenaje ante su noventa
aniversario.
27 marzo 2009.- Mi conferencia 'Alicante,
Historia y cultura de un municipio bimilenario' estuvo dedicada a él en el Club
de Opinión Encuentro.
La víspera, me escribió el siguiente
correo: “Lamento que mi poca salud no me permita asistir a tu conferencia en
contra de mi deseo. Conozco tu amor por nuestra tierra, tu noble afán por
encontrar siempre la verdad y tu diafanidad expositiva. Por ello estoy seguro
que tu palabra revelará nuevos e interesantes aspectos del acontecer histórico
del pueblo alicantino”.
Junio 2009.- Lo cito en la Introducción
de mi libro ‘Treinta alicantinos al servicio de la Humanidad’.
27 noviembre 2009.- A petición mía,
escribe ’Deseo', último artículo de su vida, en La Verdad con motivo de la
renovación del formato y diseño de la edición alicantina de este periódico.
2010.- Escribo la colaboración ‘Vicente
Ramos, historia de nuestra historia’ en el opúsculo ‘Vicente Ramos Testigo de
Alicante’ publicado por el Grupo de Estudios de Actualidad.
3 de junio de 2011.- Obituario en La
Verdad a 6 columnas.
4 de junio de 2011.- Comentario sobre su
figura en Información.
6 de octubre de 2011.- Homenaje a Vicente
Ramos en el Ateneo de Alicante. Intervine con Gaspar Peral Baeza y José Pastor
Navarro.
2 de noviembre de 2011.- Conferencia en
el Ámbito Cultural de El Corte Inglés. ‘Vicente Ramos en cuerpo y alma.
Vivencias y ausencia’.
Diciembre 2011.- Cita en la introducción
de mi libro ’50 años del Restaurante Dársena en la Historia de Alicante’ para
el que le recabé algún dato meses atrás, muy poco antes de morir.
Junio de 2012.- Artículo ‘Vicente Ramos y
las Hogueras’ para el llibret de Calvo Sotelo.
2 de febrero de 2018.- Conferencia de
clausura de la V JORNADA DE ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES DE LA REAL ACADEMIA DE
CULTURA VALENCIANA. ‘Vida y memoria del académico Vicente Ramos, coetáneo de
Eduardo Primo Yúfera’.
1 de febrero de 2019.- Conferencia
inaugural de la VI JORNADA DE ACADÉMICOS CORRESPONDIENTES DE LA REAL ACADEMIA
DE CULTURA VALENCIANA. ‘Vicente Ramos, entre el alicantinismo y la
valencianía’.
Vayamos con su biografía resumida.
Nacerá el 7 de septiembre de 1919 en la
Real Villa de Guardamar del Segura, único municipio de la Vega Baja que
conserva la lengua valenciana y en donde el río desemboca.
Su padre, Vicente Ramos Cánovas, era
terrateniente, juez de paz, católico y republicano, en la línea de Niceto
Alcalá Zamora. Cuando se proclamó la II República, era alcalde de Guardamar. La
víspera, 13 de abril, lunes de Pascua, conocidos los resultados electorales,
fue sacado a hombros del Ayuntamiento.
Su madre, Rosario Pérez Aldeguer, murió
cuando Vicente tenía solo dos años. Su hermana Rosario también fallecería a la
edad de siete años.
Lo cuidan sus abuelos Rosalino y Filomena
y sus tías Carmen y Rafaela, ésta maestra como su madrastra Joaquina López Gil
con la que casará su padre en 1927, dándole una hermana de nombre Pilar.
Como ejercía ella el Magisterio en
Novelda, allí vivirá y cursará la Primera Enseñanza. En mayo de 1931 realiza el
examen de Ingreso en el Instituto de Segunda Enseñanza de la calle Joaquín
Costa de Alicante. 1º y 2º de Bachillerato lo cursará en Elche, el 3º en Murcia
y el resto en Alicante.
Con apenas diez años ya lee
‘Superrealismo' de Azorín y siendo estudiante de Bachillerato, en Alicante, el
bibliotecario municipal y escritor Eduardo Irles le aconseja 'La novela de mi
amigo' de Miró que iniciará su cautivación por este escritor.
El ambiente de la II República y su
inquietud juvenil lo llevan a afiliarse a las Juventudes de Izquierda
Republicana en 1936 que presidía el que fuera de por vida gran amigo Manuel
Molina. Ávido lector, se siente atraído por el anarquismo filosófico de
Proudhom que rechazaba a la autoridad como rectora de la sociedad, fomentando
en grado sumo el individualismo pero repudiando la violencia; y también por el
anarquismo intelectual que con Nietzsche lo apartará de la religión. Así,
ingresará enseguida, año 1937, en la CNT, el sindicato anarquista.
En ese año logra el Bachiller Superior
muy brillantemente; tras un cursillo acelerado consigue el título de Maestro de
Primera Enseñanza, dando clases en Alcoy (colegio Máximo Gorki), y también, un
certificado de practicante, después de un corto periodo de formación con el dr.
Ernesto Ripoll, director del Hospital Provincial de Alicante.
El 21 de agosto de 1937 conoce a Miguel
Hernández en el Ateneo donde dio una conferencia-recital organizada por la
Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura en
vísperas de marchar hacia la Unión Soviética donde llegará días después.
En 1938 se moviliza su quinta, hace un
periodo de instrucción en el alicantino cuartel de Benalúa y publica su primer
artículo sobre Larra en ‘Bandera Roja’, Diario de los Trabajadores. Órgano de
la UGT. Ni el propio Vicente Ramos lo ha podido localizar.
En tan solo un año como soldado anduvo
por tierras de Castellón (Albocácer, Benasal...), el frente de Aragón, luego
Granada y Extremadura para recalar finalmente en el Hospital de Sangre de
Requena. Esas titulaciones exprés que consiguiera le sirvieron para ejercer de
miliciano de la Cultura y de asistente sanitario, lo que le valió no tener que
disparar un tiro y sí dar charlas docentes a la tropa y atender a los heridos.
Estamos a finales de marzo de 1939; la
guerra se da por finiquitada, Vicente ve a sus superiores quemando documentos
ávidamente mientras animan a la tropa a huir en desbandada. Marcha andando en
dirección a Valencia, consigue que un camión lo lleve hasta la capital y allí
con los pies destrozados va a un hospital para que lo curen. Como miembro del
ejército republicano fue instado a dirigirse a la plaza de toros para
concentrarse allí.
Frente a ella se encuentra el Hotel
Metropol, el mejor de Valencia entonces, antigua sede de la embajada de la
Unión Soviética a cuyo frente estaba el controvertido Marcel Rosenberg cuando
allí se ubicó el Gobierno de la II República. El propietario lo aloja en él, le
da ropa de civil y le indica días después un tren de mercancías que salía para
Alicante en uno de cuyos vagones se esconde.
Arribará sin problemas tras tirarse del
vagón en marcha antes de llegar a la estación y su espíritu cambió. En el
macuto llevaba una Biblia y vuelve a la fe católica. El dolor que le causara la
guerra donde vio a tanta gente morir y la violencia anticlerical de la que fue
testigo, le hicieron cambiar rotundamente. Además, corrían nuevos vientos y
nuestro protagonista tenía 19 años, muchas inquietudes intelectuales y una vida
por delante que no quería empezar en una cárcel.
Lo verdaderamente increíble es que un
chaval con esa edad, soldado del ejército republicano, con carnet cenetista que
conservaba y sin familia conocida en Alicante, comenzara enseguida a escribir
artículos en Hoja Oficial de Alicante, el primer periódico franquista continuo,
editado nada más acabada la contienda por la 3ª Cía. de Radiodifusión y
Propaganda en los Frentes.
El mismo abril inició sus llamadas 'Vías
imperiales', colección de seis artículos patrióticos donde reflejaba el
espíritu del lema 'Por el Imperio hacia Dios' pleno de exaltación política y
mirada puesta en Franco, la religión, los Reyes Católicos, Hispanoamérica y
África.
El primero, publicado sin firma el
viernes 28 de abril, se titulaba ‘Primavera en España’ y comenzaba así:
“Jóvenes estrofas envueltas entre el polvo glorioso de mil batallas heroicas,
cruzan los aires y atraviesan los campos los cuales se aprestan a sonreír a la
nueva Primavera que por cielo, tierra y mar era esperada”. Concluirá de esta
manera: “Primavera es juventud, es optimismo, es poesía. Y esta valiente
generación, que ha amasado las lágrimas con sus himnos, se ha vestido de
primavera con el rojo clavel y la azul violeta”.
También llama poderosamente la atención
una narrativa madura para su edad y el empleo de un lenguaje alambicado. Como
ejemplo, leemos el inicio de la II Vía, publicada el 30 de abril bajo el título
de ‘El milagro de la resurrección’: "Carente de un aire salvador, la
mefítica y caliginosa atmósfera, ahogaba paulatinamente -con el veneno de su
pútrida corrupción- al noble y gallardo pueblo español".
Usará palabras como ilota, fosco,
ergástula, pródromo, flébil... En el segundo artículo aparecerán al pie las iniciales
V. R. y en el tercero, el 3 de mayo, ya V. Ramos y Pérez.
Este 1939 se matricula en la Universidad
de Valencia en Filosofía y Letras. Dos años después continúa sus estudios en la
Central de Madrid donde se licencia en 1943, año en que se casará con Manolita
Moya García a la que dedica su primer libro, 'Pórtico Auroral', conjunto de
poemas en prosa lírica.
La crítica anónima que publica
‘Información’ -“no basta con una lectura rápida y fugaz, sino que necesita la
concurrencia de amplio tiempo y de pausadas meditaciones”- coincidirá en fecha,
domingo 10 de octubre, y página -‘La vida literaria’- con su primer artículo
sobre Gabriel Miró 'Evocación de Sigüenza' que comienza: "Se nos abre el
alma en anchas espumas de optimismo con la gloria de este día".
La segunda parte de 'Pórtico Auroral' se
llama 'Canto de amanecer' y también rezuma optimismo. El mundo está en guerra
pero Vicente se muestra feliz. Acaba de terminar su carrera y sobre todo le
queda mes y medio para casarse con Manolita, la que será su compañera del alma
durante casi 68 años que sintetizará, cuando llegó a nonagenario, diciendo que
el éxito de ese patente y perdurable amor desde su origen estuvo en hacer de
las dos vidas una.
Da clases en diversos centros docentes
tanto de Alicante, Maristas, Colegio de Ciegos…, como de Elche, -‘Primum
vivere, deinde philosophari’- y tiene en un invidente su gran referente
cultural, Francisco Figueras Pacheco, hombre absolutamente genial, según sus
propias palabras, que le donó todo su archivo, capaz de escribir sin ver el
inmenso tomo (1.206 páginas) de Alicante en la Geografía General del Reino de
Valencia de Francisco Carreras y Candi; cronista oficial de Alicante entre 1908
y 1960, licenciado en Derecho por Valencia y doctor por Madrid, una Real Orden
de enero de 1912 le impidió acceder a la cátedra de Derecho Natural de la
Universidad de Valladolid al recoger aquel texto la prohibición de que un ciego
pudiera ser catedrático universitario. Ello le llevó a decantarse por los
estudios geográficos e históricos.
Resulta imposible explayarnos en la
actividad literaria de Vicente Ramos que la inició en enero de 1940 fundando la
revista literaria ‘Arte Joven’. Resumiendo, diremos que creó, por iniciativa de
Antonio Ramos Carratalá, la biblioteca Gabriel Miró, que abrió sus puertas en
la parte trasera de la sede de la Caja de Ahorros del Sureste de España, el 27
de abril de 1952. Gestada 8 años atrás, fue su director hasta que se jubilara.
Por entonces ya había tenido problemas
con el régimen franquista cuyo origen hay que buscarlo en 1950 cuando publica
con Manuel Molina 'Seis poemas inéditos y nueve más' de Miguel Hernández,
determinando ayudar a su viuda e hijo, organizando una suscripción nacional
para evitar que Miguel fuera a una fosa común y se le pudiera comprar un nicho
así como divulgando la obra poética del oriolano.
En marzo de 1952 el boletín Relevo, Hoja
volante del SEU de Alicante, publica un artículo sin firma titulado ‘¡Ya está
bien! Aviso a los navegantes’ donde, entre otras cosas, se dice: “Por eso vemos
con estupor, con estupor y con asco, la admiración bobalicona y palurda a
Miguel Hernández de ciertos cenáculos semi-intelectuales que recitan versos
facilones y cursis con pedantería provinciana”.
El traslado de los restos mortales de su
madre al nuevo cementerio de Guardamar le incita a escribir en 1956 'Destino de
tu ausencia', Premio de Literatura de la Diputación de Valencia en su apartado
de Poesía de ese año, publicado por la misma al siguiente. Para Vicente, su
obra preferida.
Entre 1957-59 vivirá en Estocolmo donde
imparte clases de Lengua y Literatura y da conferencias. De ahí saldrá la
edición de 'Poetas suecos contemporáneos' en cuya traducción le ayudó Greta
Engberg.
Vuelto a España realiza su tesis doctoral
'El mundo de Gabriel Miró' en 1964 y con 'Literatura alicantina (1839-1939)'
conseguirá el Premio Azorín en su primera edición (1965).
Respecto a su trabajo como historiador
que es el que más fama le ha dado, resumamos diciendo que ha escrito sobre la
II República, la guerra civil, el parlamentarismo, obrerismo y franquismo en la
provincia de Alicante; sobre el Teatro Principal, el Ateneo y hasta el Hércules
y el fútbol en Alicante. Dejo para el final la voluminosa 'Historia de la
Diputación Provincial de Alicante', encargada con 83 años. Se publicaron cinco
tomos, con más de 3.500 páginas, quedando un sexto prácticamente concluido.
Centrado en esa monumental obra, ya no
prodigó colaboraciones en prensa. Tal trabajo supuso la culminación de una labor
investigadora que por sí justifica su función de cronista oficial de la
provincia.
Pero al respecto también hay que decir
que es autor de la crónica de la provincia de Alicante, centrada en los tiempos
contemporáneos que es sobre los que él ha trabajado siempre.
También escribió biografías, entre otros,
de Gabriel Miró, Rafael Altamira, Figueras Pacheco, Miguel Hernández, Julio
Guillén Tato, Eduardo Irles o Lorenzo Carbonell; ensayos sobre Arniches, Azorín
o Juan Sansano. De buena parte de ellos se va a hablar en este seminario por
parte de auténticos especialistas.
El trabajo de Ramos es exhaustivo en
grado sumo y su honestidad a la hora de indagar en las fuentes, le hizo no
considerar suyos datos de otros autores y entrecomillar las citas así como ser
generoso en las reseñas bibliográficas y las notas a pie de página. Por ello,
fruto de la envidia sin duda, algunos lo llamaban “el marqués de Comillas”
cuando por desgracia abundan quienes hacen refritos de otros autores y ahora,
con Wikipedia, abundantes “corto y pego”.
Con una enorme pulcritud en el lenguaje,
gustaba de los superlativos y sus estudios más completos tienen también un un
valor añadido, el de los índices onomásticos y toponímicos al final de sus
obras.
Cronista e Hijo Predilecto de Guardamar y
también cronista oficial de Guadalest, académico de diversas instituciones,
hijo adoptivo de Alicante, medalla de oro de la provincia y un largo etcétera
de distinciones.
Morirá el 2 de junio de 2011, 60 años y
un día después que su admirado Rafael Altamira, el mayor erudito que ha dado
Alicante, identificado con esta frase suya: "Sea Vd. buen ciudadano pero
no partidario; ayude Vd. a todo lo bueno pero no se ligue a ninguna
corporación, sociedad o grupo que le obligue a una conducta cerrada".
Pero Vicente Ramos acabaría sucumbiendo a
la tentación política aunque fue por breve tiempo. Primero se involucró desde
su propia bibliografía en la promoción de todo lo que le vinculara al
alicantinismo que él consideraba un algo afectivo hacia la tierra nativa, como
le gustaba decir, decantándose más por el término ‘alicantinidad’ que lo
definía como un concepto metafísico.
Nuestro protagonista a lo largo de su
dilatada vida pública sufrió calumnias, infamias, envidias hasta insultos personales,
primero al ser atacado de surestista y con posterioridad de ‘blavero’
reaccionario.
Como el tiempo es limitado, me he de
ceñir a algo para mí irrefutable, sus manifestaciones vertidas negro sobre
blanco porque, para bien o para mal, como dijo Aristóteles, el hombre es
esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios.
La Caja del Sureste, movida por los
intereses económicos del espacio geográfico que figuraba en su nombre, jugó un
importante papel en los movimientos surestistas, a lo que colaboró la
implantación en Alicante de una edición del periódico La Verdad de Murcia en el
otoño de 1963. Bien es verdad que cuando se celebraron las bodas de plata de
esta entidad de ahorro -diciembre de 1964- el presidente del Consejo de
Administración Román Bono Marín dijo: “La denominación de Sureste no tuvo
carácter regionalista, sino simplemente localización geográfica de su ámbito
operativo”.
Pero el proyecto de trasvase Tajo-Segura
de 1966 acrecentó esa idea de creación de una región del Sureste donde se
incluiría a Almería, por ser esta provincia beneficiaria del mismo, estar su
capital a 413 kilómetros de Sevilla y solo a 218 de Murcia con la que compartía
inquietudes.
Vicente Ramos, empleado de la Caja de
Ahorros del Sureste de España y muy amigo de Ramos Carratalá, se interesó por
aquella defensa de intereses agrícolas comunes que iba a incentivar el trasvase
y fue entonces acusado de surestista cuando él este concepto solo lo entendía
desde un punto de vista económico.
Con textos publicados, lo cual resulta
irrefutable, voy a desmontar esos ataques de surestismo que duran hasta hoy en
día.
El domingo 12 de julio de 1964, fijémonos
en el año, Vicente Ramos escribe en el diario Información un artículo que
titula elocuentemente ‘No somos catalanes’, refutando las tesis de Joan Fuster
aparecidas en sus libros ‘Nosaltres, els valencians’ y ‘El País Valenciano’,
ambos editados en Barcelona el año 1962.
Dice literalmente: “Con el solo argumento
inmigratorio (…) Joan Fuster sentencia sin ambages que la ‘valencianidad’ es
tautológicamente hablando ‘catalanidad’. Añade que no hay ningún otro argumento
a favor de “tesis tan atrevida como insostenible”, repudiando la frase que
aparece en la página 31 de ‘Nosaltres…’: Dir-nos valencians, en definitiva, és
la nostra manera de dir-nos catalans”.
Aquello provocó que 18 días después, el
30 de julio, un grupo de alicantinos de nacencia o adopción a los que se
adhirieron Jordi Valor y Joan Valls, publicara una réplica durísima donde se
dice: “La catalanidad del país valenciano es evidente, dado el predominio del
elemento catalán en él. (…). No lo entienden así ciertos ‘valencianistas’ que
bajo su vetusta y naftalinada toga, esconden un espíritu tímido y pueblerino”.
Hagamos constar que faltaban once años
para que muriera Franco.
Ante el incremento de la presión
surestista que se intentaba consolidar en el hecho de que la provincia de
Alicante, salvo L´Alcoià y La Marina, sentía poca o nula afinidad con una
Valencia a la que veían distante y centralista, un grupo de treinta y una
personalidades del mundo alicantino de la cultura publica el 23 de mayo de 1972
un manifiesto titulado ‘Somos valencianos’ que redactó el escritor socialista
Miguel Signes con la evidente colaboración estilística de Vicente Ramos.
El texto literal fue el siguiente:
“Los abajo firmantes, en nombre propio y
creyendo interpretar igual sentir en todos los demás escritores y artistas
nacidos en la provincia de Alicante, ante el equívoco que en torno a la palabra
sureste se está originando, al confundir conceptos de contenido geográfico,
histórico, etnográfico, económico y administrativo, declaramos nuestra radical
valencianía, no solamente por razones irrenunciables de hijos del Reino de
Valencia, sino por aquellas otras, también, de índole espiritual que han
conformado histórica y psicológicamente nuestra personalidad”.
Ello provocó que en la ciudad de
Valencia, quince entidades culturales y profesionales, encabezadas por el
Centro de Cultura Valenciana, antecedente directo de la Real Academia de
Cultura Valenciana, patentizaran su negativa al “plan de segregación de la
provincia de Alicante del histórico Reino de Valencia”.
Siguiendo con los datos negro sobre
blanco, el domingo 31 de marzo de 1974, -el franquismo seguía vivo- de nuevo
Información publica una extensa entrevista a doble página a Vicente Ramos cuyo
titular lo ubica, un tanto confusamente, “entre la alicantinidad y el sureste”.
Comienzan sus declaraciones así: “Lo
valenciano actúa como determinante genérico, mientras que lo alicantino tiene
todo lo valenciano más aquello que es diferencial genuino, al igual que lo
castellonense”.
Añade: “Si nos trasladamos no ya a otra
región como pueda ser Murcia, con la que nuestras diferencias son abismales,
sino también dentro de nuestra provincia, existen diferencias…”.
Cuando le pregunta el periodista sobre
esa pretendida región del Sureste responde: “Eso, históricamente, es un
disparate, no puede aceptarlo ningún alicantino. Nuestra región o país
valenciano (sic) es una unidad histórica, etnográfica, cultural, psicológica,
por encima de todo”.
Y aun insistiendo en “afirmar
categóricamente que los alicantinos somos primaria y esencialmente valencianos
y especial y diferencialmente alicantinos” lamenta con un realismo que hoy en
día sigue vigente que los castellonenses desconozcan la realidad cultural
alicantina y a la inversa.
A finales de la década de los setenta del
siglo pasado, había nacido Unión Valenciana como movimiento cultural
aglutinador de medio centenar de entidades valencianistas. En noviembre de 1980
Vicente Ramos es cesado por el Consell como miembro de la comisión de
bilingüismo y se achacó tal medida a las presiones ejercidas por Manuel Sanchis
Guarner. Al mes siguiente, Miguel Ramón Izquierdo y el propio Ramos manifestarán
que no tenían intención de convertirse en partido político.
Finalmente, en vista del panorama
valenciano y con la UCD en fase de descomposición, el 30 de agosto de 1982 se
constituye en partido político, curiosamente en Alicante, con Vicente Ramos
como presidente electo el 2 de septiembre y tras las reuniones mantenidas en
julio con Ramón Izquierdo, que sería el secretario general, y González Lizondo
en su chalet ‘Alone’ de la sierra de Aitana, al lado de su querido Guadalest
pero en el término municipal de Benimantell.
Manuel Fraga lo conoció y se quedó
prendado de su curriculum de tal manera que, con cierto malestar de las bases y
cargos de Alianza Popular, lo incluyó en la lista de Coalición Democrática por
Alicante, integrada junto con AP por el Partido Demócrata Popular y Unión
Valenciana en las elecciones generales del 28 de octubre de 1982. Fue de número
dos y salió electo.
Acusado desde distinto frentes, próximos
y lejanos, de panmurcianista y antiautonomista, y directamente desde la izquierda
de contrario a la Constitución y al régimen de partidos políticos, tuvo que
salir en prensa para manifestar que “jamás había escrito una sola palabra de
teoría político-administrativa del Sureste, intención de partidarios de la
dictadura primorriverista y proyecto acariciado por un gobierno de tecnócratas
franquistas” según declaraciones al diario La Verdad de 21 de septiembre de
1982, ratificando su defensa siempre de la alicantinidad y la valencianía.
Y como en las filas de AP de la provincia
de Alicante ese sentimiento valencianista era prácticamente nulo, también
volvió a salir a la palestra informativa en la recta final de la campaña
electoral -La Verdad, 24 de octubre- para manifestar que su trabajo en el
Congreso se dedicaría a defender “los valores e intereses de los pueblos
alicantinos”.
El 13 de junio de 1984, por discrepancias
a causa de la “deriva nacionalista” que, según él, había tomado UV se marchó al
Grupo Mixto.
En este tiempo, pudiendo tener fácil
acceso a la biblioteca y archivo del Congreso, escribió su historia del
parlamentarismo alicantino citada anteriormente y para él su mejor obra de
carácter histórico.
Ya jubilado de la CAM, se dedicó a
investigar, estudiar y escribir con la pasión del primer momento.
Sobre toda su amplia producción
bibliográfica dijo: La filosofía me enseña a ver la realidad; la literatura a
gozar de la palabra; la historia a conocer el ayer y por lo tanto el hoy.
En la recta final de su existencia
manifestó: “Mi vida se ha ido haciendo con aciertos y equivocaciones, con
tristezas y alegrías, procurando respetar y respetarme, sin envidiar a nadie ni
a nada”.
Cuando la publicación de su pueblo
‘Guardamar Digital’ le preguntó el 11 de febrero de 2009 cómo le gustaría que
le recordaran, respondió: “Sencillamente como un estudiante que procuró no
hacer daño a nadie”.
Termino ya trayendo a la memoria un
pensamiento de Rabindranath Tagore: “Cuando mi voz calle con la muerte, mi
corazón te seguirá hablando". Así lo siento.
Muchas gracias.