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Correspondencia de Manuel Molina
Esta serie contiene la correspondencia recibida por Manuel Molina, que rara vez conservaba copia de las cartas enviadas.
La correspondencia epistolar constituye
la sección más estimable y nutrida de esta donación, que alcanza la
cifra de 3.800, en su mayor parte de contenido literario, y más de 400
remitentes de muy diversa entidad, dan fe de su receptividad y simpatía
para hacer amistades. Desde dos premios Nobel – Vicente Aleixandre y
Camilo José Cela- a varios presidentes de Foguera que anualmente le reclamaban poesías para sus llibrets;
desde la viuda de Miguel Hernández hasta amigos obreros de sus antiguos
trabajos de carreteras…, el abanico de relaciones epistolares de Molina
fue amplio y variado.
En
gran parte de ellas se hace muy patente la fidelidad al mundo
hernandiano en su doble sentido humano e igualitario: fidelidad, sobre
todo, al deslumbramiento que sobre él ejercieron sus amigos de
adolescencia y de juventud en Orihuela. En esta línea, sobresale la
extensa serie de Carlos Fenoll y familia, junto al testimonio de la
recuperación de la amistad de Molina con Jesús Poveda y Josefina Fenoll
ya vueltos del exilio. El recuerdo de Miguel Hernández planea también
sobre las cartas de su profesor en el Instituto de Orihuela Jesús Alda
Tesán – colaborador de la revista sijeniana El Gallo crisis-,
sobre las de Carmen Conde y las de María Cegarra Salcedo. Destacan las
de un grupo de mujeres estudiosas del poeta como Concha Zardoya, Marie
Chevallier y Mª de Gracia Ifach o las de Elvio Romero y Simón Latino
desde Sudamérica. Entre las más fieles al culto hernandiano se cuentan
las de Francisco Giménez Mateo, primo de Molina, y la copiosa
correspondencia del sacerdote valenciano Don Alfonso Roig, profesor de
Arte Sacro y transmisor de corrientes estéticas innovadoras.
También hay que mencionar entre sus
relaciones alicantinas a los músicos José Juan Pérez y Rafael Rodríguez
Albert, a Vicente Ramos y a Rafael Azuar, a los pintores Gastón
Castelló, Miguel Abad Miró y Melchor Aracil, a Juan José Esteve
–prologuista de Hombres a la deriva-, al cinéfilo y excelente
narrador José Ramón Clemente, a Jacinto López Gorgé fiel amigo durante
más de cuarenta años… Entre los comprovincianos cabe destacar la serie
de Joan Valls Jordá, muy extensa y amistosa, que documenta, desde 1948,
la edición de su libro La estrella afirmativa en la colección
Ifach y testimonio sus primeros pasos por la poesía en valenciano; o la
de Jordi Valor i Serra. Más tardías, pero no menos cordiales, fueron sus
cartas con Juan Gil-Albert. De otros amigos escritores de la Vega Baja
descuella la correspondencia del murciano-callosino Santiago Moreno
Grau, junto a las de Vicente Bautista, Antonio Sequeros, Adolfo Lizón,
entre otros. Hay corresponsales valencianos como Ricardo Blasco, Lucio
Ballesteros, José Albi y Joan Fuster, sin olvidar la afectuosa
familiaridad de poetisas como Angelina Gatell y María Beneyto.
En el ámbito nacional hay en este
epistolario nombres muy significativos, desde Gabriel Celaya, Blas de
Otero y Antonio Buero Vallejo hasta Rafael Santos Torroella, Miguel
Fernández, Celia Viñas, José Agustín Goytisolo, Leopoldo de Luis, Ángela
Figuera Aymerich, Francisco Sánchez Bautista, José García Nieto, Eladio
Cabañero, Ángel Caffarena, Manuel Alcántara, Francisco Umbral, Félix
Grande y Francisca Aguirre… Estos y otros muchos corresponsales,
procedentes de toda la Península, atestiguan un extenso modo de asumir
la diversidad española a través de lo que algunos llamaron fraternidad
poética en unos tiempos en que las grandes carencias ocasionadas por la
derrota republicana se arropaban en platónicas ilusiones.
Se trata, por lo tanto, de un corpus
testimonial de primer orden para el conocimiento de la difícil, lenta y
contradictoria reconstrucción de la cultura literaria, en y desde
Alicante, bajo el régimen franquista entre 1939 y 1975.
La consulta de parte de la
correspondencia está reservada por contener algunos datos de carácter
personal protegidos por la legislación, por lo que su acceso requeriría
la autorización del titular de los derechos.
Autor: Cecilio Alonso.
Otros legados complementarios, en los que nos consta se encuentran cartas escritas
por Manuel Molina son los de:
- Vicente Ramos (Biblioteca Pública Municipal de Guardamar del Segura)
- Concha Lagos (Biblioteca Nacional, Sala Cervantes)
- Trina Mercader (Fundación Jorge Guillén)
- Jacinto López Gorgé (Fundación Jorge Guillén)
- Gabriel Celaya (Biblioteca Koldo Mitxelena)